Soy Aldy Villarreal, de 15 años de edad, orgullosa de ser argentina, sincera y siempre quiero que lo sean conmigo, celosa, caprichosa, histerica ( y lo admito jaja), libriana, idealista, imaginativa, sumisa, leal, solidaria, sociable, cariñosa, divertida, tierna, sensible, sentimental, romantica, justa, honesta, tranquila, afectuosa , dulce, delicada, caritativa, instintiva, simple, crédula, sensilla , graciosa, débil, de pelo castaño claro, ojos verdes, estatura bastante baja, amo a mi familia, amo sonreír, amo bailar, amo cantar ,amo la música, y amo a mi país. Gracias.

martes, 13 de julio de 2010

Estoy sentada, en una mesa, alejada de la realidad de todos los que charlan, rien y gritan. O por lo menos, eso parece que hacen. En verdad solo veo sus bocas moverse al unisono de sus manos, es comprensible que intenten explicar hechos que quizás con las palabras no sea suficiente para describir el todo del nada. En mi Ipod suena una canción de piano que me fascina. No sólo por el instrumento en sí, sino por...como parece sonar en mis oidos. Lo escucho y me dan ganas de llorar, como también se me pone la piel de gallina. En mis manos, un libro que paso de generación en generación en mi familia "Cien Años de Soledad" que se posa con su tapa verde musgo, sus hojas amarillentas oxidadas por el tiempo y sus letras color oro reluciendo en la portada. Sus hojas esperan ser leidas pero no, no me traigo ganas de leer, tampoco es el tipo de libro que me agrada leer. Tome un café frío que se que me hará sentir culpable de hablerle tomado pero no ya, no ahora en este preciso momento, quizás luego. Gabriel García Márquez, siento que tus cien, que parecen mil, años de soledad me pesan en la vida y el cuerpo, se vuelven tan míos como lo fueron tuyos. Cortan la respiración pero aún así, llena de angustia, sigo acá, sentada, con la mirada perdida y ganas de llorar junto con el piano que grita a horrores la agonía en sus teclas, en su sonido. Veo a las parejas, las familias, los amigos, disfrutando de su mutua compañía. Respiro ondo y siento que la felicidad nunca va a ser parte de mi. Me dan escalofríos al pensarlo pero...hay que aprender a afrontar la vida, las cosas que nos tocan vivir porque son nuestras misiones. Hoy un hombre de unos casi 90 años me dijo lo siguiente: "en la vida hay que vivir, si no vives ahora, después ya no se podrá". Suena muy lógico lo que me ha dicho pero cuando llega el momento de la acción es de lo primero que me olvido. Con sus años rompiendose en arrugas y su mirada sumerguida en el pasado volvió a dirigirse hacia mí: "si la muerte quiere venir, que venga, he vivido todo lo que deseaba vivir, puedo partir ya...". Y sonrió con tristeza como yo también intentando convencerme de que yo también viví todo esto casi 19 años de vida. Pero, no hay caso, vivir no es lo mismo que sobrevivir. Y sobrevivir es lo único bien que he podido lograr hacer...nada más.